El tabaco lesiona la piel de todo el cuerpo pero esto es más manifiesto en la cara, porque se suman los efectos de los rayos ultravioletas del sol. El tabaquismo provoca un envejecimiento prematuro en la piel que (arrugas) es más evidente en las mujeres. Los fumadores de 40 a 49 años tienen una probabilidad de arrugas idéntica a la de los no fumadores de  60 o 70.

El consumo de tabaco provoca deshidratación de la piel que parezca grisácea y seca.  El cabello también sufre los efectos secantes del monóxido de carbono, pierde luminosidad y se vuelve quebradizo. También disminuye la oxigenación de los tejidos afectando la nutrición de la piel. Estudios muestran que, luego de una cirugía,  los fumadores de un atado por día tienen tres veces más probabilidad de sufrir necrosis de la herida que los no fumadores. Por esto, es importante dejar de fumar antes de una cirugía!

Además, el tabaco es un importante factor de riesgo para el carcinoma de células escamosas y los melanomas. Los fumadores con diagnóstico de melanoma tienen un peor pronóstico que los no fumadores.