Un estudio muestra que el cerebro de los jóvenes que fuman excesivamente difiere claramente de los que lo hacen ocasionalmente. Un equipo de la universidad de UCLA mapeó el cerebro de 42 adolescentes de entre 16 y 21 años mediante imágenes de resonancia magnética e indagó sus antecedentes tabáquicos y las crisis de abstinencia.

Dieciocho participantes fumaban desde los 15 años y consumían entre seis y siete cigarrillos por día. El equipo de investigación reporta que no surgieron diferencias cerebrales evidentes entre los fumadores y los no fumadores.

Pero que entre los fumadores, los que más cigarrillos consumían tendían a tener la ínsula más delgada, un efecto que parecía limitarse a la ínsula derecha. Esa región de la corteza cerebral participa en la toma de decisiones y otros estudios ya habían sugerido que tendría un papel central en la dependencia al tabaco. Los autores hallaron también que la ínsula era más delgada en los participantes con más crisis de abstinencia y más dependencia al cigarrillo. La modificación estructural de la ínsula influye en la adicción futura al tabaco y otras drogas.

Los resultados no prueban causalidad ya que evaluó a los fumadores en un solo momento, pero sugieren que la exposición al humo de cigarrillo afecta la estructura cerebral de los fumadores jóvenes que hace poco tiempo que fuman. La pregunta clave es si esos cambios se pueden revertir o no con la cesación tabáquica

El estudio lo financió Philip Morris USA, productores de Marlboro y Virginia Slims.

Fuente: Neuropsychopharmacology. 2014 Mar 3. doi: 10.1038/npp.2014.48. [Epub ahead of print]. Cigarette Exposure, Dependence and Craving are Related to Insula Thickness in Young Adult Smokers. Morales AM1, Ghahremani D2, Kohno M1, Hellemann GS2, London ED3